Intoxicación por ciguatera: la FAO presenta su informe científico

Intoxicación por ciguatera: la FAO presenta su informe científico

La intoxicación alimentaria por ciguatoxinas se considera una de las más relevantes entre las asociadas con el consumo de pescado a nivel mundial y representa, según la EFSA, un riesgo emergente en la UE. El cambio climático parece estar expandiendo su impacto sobre la seguridad alimentaria, por lo que la FAO/OMS ha impulsado un informe científico sobre este contaminante alimentario para poder desarrollar opciones de gestión del riesgo.

 

El término ciguatera se refiere a la intoxicación causada por la ingestión de ciertos pescados y mariscos, propios de zonas de arrecifes o costas rocosas en regiones tropicales o subtropicales, que han acumulado ciguatoxinas producidas por algas microscópicas, conocidas como dinoflagelados,  de los géneros Gambierdiscus y Fukuyoa.

El incremento del impacto de la ciguatera sobre la seguridad alimentaria a nivel mundial se atribuye, entre otros factores, al cambio climático. El incremento de la temperatura de la superficie del mar y una mayor frecuencia de tormentas y huracanes afectan a la distribución y proliferación de las ciguatoxinas y hace más impredecible la distribución de las intoxicaciones. También en la UE, la EFSA considera la ciguatera como un riesgo emergente.

Actualmente, el Reglamento  (CE) 2073/2005, relativo a los criterios microbiológicos aplicables a los alimentos, no establece límites microbiológicos para garantizar  la seguridad en los alimentos susceptibles de ser contaminados con ciguatoxinas.

En 2017 el Comité Codex FAO/OMS de Contaminantes alimentarios tuvo el mandato de establecer niveles máximos de ciguatoxinas en los alimentos para garantizar la seguridad alimentaria y desarrollar medidas para reducir la contaminación de alimentos por estas toxinas. Por lo que un grupo internacional de expertos, en el que ha participado España, han llevado a cabo una evaluación exhaustiva del tema y, en base a esta, la FAO/OMS ha publicado recientemente un informe científico sobre la intoxicación por ciguatoxinas.

Los consumidores que ingieren pescado contaminado con ciguatoxinas pueden sufrir una variedad de síntomas, que incluyen efectos gastrointestinales, cardiovasculares y neurológicos, que en algunas personas pueden persistir durante años después de la intoxicación. Se estima que menos del 10% de los casos reales son notificados, y que en general, el diagnóstico y la notificación insuficiente dificultan conocer la verdadera incidencia.

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