La defensa de los alimentos o "food defence" está relacionada con la prevención de ataques intencionados cuya motivación son las ideologías. Es decir, son acciones encaminadas a prevenir contaminaciones químicas o biológicas intencionadas del producto, por parte de empleados o personas externas a la empresa, o ataques intencionados en la producción o almacenamiento de alimentos, cuyo objetivo es dañar a la empresa o a los consumidores. Abarca una serie de posibles amenazas, que van desde los engaños de manipulación, relativamente comunes, hasta contaminaciones o actos terroristas, menos probables.
En este caso, las organizaciones necesitan desarrollar un plan de defensa alimentaria basado en el riesgo, en el que se analiza la probabilidad de ataques y se implementan acciones en relación con las amenazas evaluadas. Este plan debe incluir, entre otros, la identificación de áreas y/o de prácticas críticas, la política de acceso de los empleados, visitantes y contratistas y demás medidas de control apropiadas.
El plan de defensa de los alimentos no sólo protege la salud de los consumidores sino también la reputación de las empresas involucradas dentro de toda la cadena alimentaria.
Fuente:https://higieneambiental.com/higiene-alimentaria/fraude-alimentario-nivel-de-cumplimiento-de-requisitos-de-ifs